Es una cuestión de límites

Ultimamente escucho muchas madres y familias en general que dicen; “Esto es una cuestión de poner límites”.

Y reflexionando llegué a la conclusión que la mayoría de veces, no hay una buena comunicación, es decir, se pierde la eficacia del mensaje.

Puede que el contenido sea bueno, pero el como esta presentado es tan, o más importante que lo que se quiere transmitir.

¿Qué es un límite?

Es una guia, es un camino, es una dirección de lo que se puede y/o no se puede hacer. Es una línea por donde pasar y por donde no pasar. Los límites coherentes y sanos salvaguardan nuestra integridad física, mental y emocional. Un límite nos aporta seguridad.

3 tips para poner un límite

  1. Reconocer las necesidades del niño o niña: aquí us pido que reconozcáis lo que le pasa, lo que necesita, lo que veis, lo que siente. Que lo recojas y lo reconozcas. No quiero decir que le des todo. No.
  2. Verbalizar las necesidades propias: Verbalizar y dar voz a lo que no es posible en este momento, o lo que no le podemos dar.
  3. Buscar soluciones alternativas: Vamos a mirar de integrar las dos necesidades, las nuestras ( el no puede ser en este momento), con las suyas ( su necesidad en concreto). Aquí vamos a tener que ser imaginativos, y podemos decirle; entiendo tu necesidad y vamos a arreglarlo de la siguiente manera. Esto no, pero todo esto sí.


El problema de los límites es un problema de la comunicación. Para que haya una buena comunicación necesitamos 4 ingredientes básicos:

  • Corazón y franqueza
  • Capacidad de escucha. Presencia
  • Generosidad
  • Reconocer las propias necesidades

Cuando los adultos tenemos dificultades para ofrecer al niño aquello que pide, nos corresponde revisar nuestro propio desamparo infantil en lugar de echarle la culpa a la criatura.

Laura Gutman

La inspiración de este artículo la he encontrado después de la lectura del libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, Laura Gutman (2008).

Así que un agradecimiento máximo a la autora de esta gran obra que pone nombre a todo lo que he vivido en primera persona.

Gracias Laura!

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